Se ha demostrado científicamente que administrar varias vacunas al mismo tiempo no causa efectos negativos y por el contrario evita oportunidades perdidas de vacunación. Son muy pocas las excepciones que serán tenidas en cuenta por el profesional de la salud.

Cuando se administra a un niño una vacuna combinadas (por ejemplo, contra la difteria, la tosferina y el tétanos) se reduce el número de inyecciones y se le causa menos malestar. Además, se garantiza que recibe las vacunas que necesita en el momento adecuado para no exponerlo al riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales. 

TU PEDIATRA O PROFESIONAL DE LA SALUD DE CONFIANZA DEBE INFORMARTE CUÁNDO PONERLE LAS PRÓXIMAS DOSIS.

También podés consultar el Calendario Nacional de Vacunación como una guía. https://www.argentina.gob.ar/salud/vacunas. Es ideal mantenerse al día con las vacunas y no atrasar los esquemas ya comenzados. Siempre consulta con tu pediatra o médico/a de cabecera.

Hay por lo menos cinco visitas necesarias antes de los dos años de edad, pero se pueden programar para coincidir con los exámenes de bienestar infantil. Su bebé debe recibir la primera vacuna (hepatitis B) al nacer, cuando todavía está en el hospital. Hace falta hacer varias consultas durante los primeros dos años porque hay 14 enfermedades contra las que se puede proteger a su bebé, y la mayoría de las vacunas requieren dos o más dosis para proporcionar la mejor protección.

Muchas madres y padres se preocupan de que tal cantidad de vacunas sobrecargue el sistema inmunitario de sus hijos/as. Sin embargo, los niños/as se exponen a cientos de gérmenes cada día. De hecho, un resfriado común o un dolor de garganta pueden poner al sistema inmunitario de tu hijo/a en mayor peligro que las vacunas.