La gripe es una enfermedad grave que mata cada año entre 300.000 y 650.000 personas. Hay grupos que corren más riesgo de sufrir síntomas graves e, incluso de fallecer, como las embarazadas, los niños pequeños, los ancianos y las personas que presentan enfermedades crónicas, como el asma y determinadas cardiopatías.

Las vacunas contra la gripe estacional proporcionan inmunidad contra las cepas más prevalentes que circulan cada temporada. Son el mejor método para reducir las posibilidades de presentar una gripe de gravedad y contagiarla a otras personas, y se utilizan desde hace 60 años sin causar problemas.