Por más de 100 años, las vacunas de Sanofi han protegido la salud de millones de personas.

En la primera de una serie de conversaciones #VacunasParaSoñarEnGrande, le pedimos a Georgia, una educadora experta en preparación para el parto de Londres, Inglaterra, que nos contara sobre sus sueños para el futuro.

"MILES DE PERSONAS PROTEGIDAS, MILLONES DE SUEÑOS POR CUMPLIR"

Además, en la segunda serie Juan, maestro de una escuela rural, nos cuenta su sueño para sus alumnos.

Las vacunas nos protegen. Nos ayudan a defendernos de las enfermedades y nos permiten enfocarnos con esperanza en el futuro. Nos brindan la posibilidad de apreciar las pequeñas cosas de la vida diaria, y soñar con las grandes cosas que revolucionan el mundo.

¿Cuál es mi sueño?

La historia de Juan

Juan Ramón Silva, Maestro.

Escuela Provincial N° 932 - Paraje Santa Cruz del Monte –Misiones - Argentina
 

Juan nació en Corrientes. Tiene 46 años y hace 20 se trasladó a Bernardo de Irigoyen para hacer una suplencia de 15 días como maestro en una escuela rural, en un paraje en medio de la selva misionera, sin saber que esta decisión cambiaría el rumbo de su vida.

Actualmente es maestro y director de la escuela en la que también trabajan Adriana, otra maestra; Yanet, maestra jardinera y Ani, la cocinera, un equipo que busca transformar el día a día de sus alumnos. 

A la escuela asisten alrededor de 40 chicos que viven por la zona, donde no solamente los niños van a aprender, sino que también se les brinda el desayuno, el almuerzo y la merienda porque como dice Juan, “no se puede aprender con el estómago vacío”.

En este desafío a Juan lo acompañan su mujer y sus 3 hijos de 13, 11 y 9 años. Vive en Bernardo de Irigoyen, a 40 km de la escuela a donde se traslada todos los días en moto y los alumnos llegan caminando o a caballo desde diferentes lugares sin importar las distancias o el clima.

Él aspiraba ser militar, pero un accidente que tuvo a los 16 años en su mano derecha le impidió avanzar en esa carrera. Se formó como despachante de aduana y posteriormente como docente. Descubrió su gran vocación trabajando como maestro. Viví situaciones muy difíciles y la escuela fue mi motor para seguir adelante.

“Lo que pido y hago por mis hijos, lo hago también por mis alumnos. No sólo es enseñar y educar, también hay que apuntalar a los chicos para que sean alguien en la vida y que sean personas de bien. Tengo un gran orgullo y aprecio por nuestros alumnos”. “Es importante también conocer a sus familias para entender las conductas de los niños y abogamos para que vengan a la escuela, las puertas siempre están abiertas.”

“Mi sueño es que mis alumnos puedan seguir estudiando y progresando en la vida y en su lugar”.